Habíamos escuchado de la grandiosidad de la naturaleza finesa… pero hasta que uno no la vive, la ve y la siente, no se da cuenta de lo que realmente esconden esos bosques que se ven tras las carreteras y autovías.
Comenzamos la mañana desplazándonos hacia el Parque Nacional de Repovesi, a unos 50 km de nuestra residencia. Ahí hemos hecho una ruta senderista de 5 km, rodeando lagos, superando pendientes escarpadas, subiendo y bajando escaleras empinadas, tomando fotos desde las alturas y pasando por un puente colgante.
Parada final: la casa de verano de una de las profesoras finlandesas. Allí hemos hecho numerosas actividades: baño en el lago de agua «congelada», sauna, canoa, dardos, volley, badminton, crepes, pintura sobre piedras…
Un día inolvidable tanto para profes como para nuestro alumnado.
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